sábado, 5 de mayo de 2007

un estado garante de posibilidades para todos

La estructura organizativa de un Estado (moderno y) democrático, debiera cimentarse en un "estado de derecho" que garantizara la no discriminación, y la igualdad ante las leyes.
Siendo estas leyes aglutinadoras, favorecedoras, posibilitadoras del bien de todos y promocionando el logro de mejoras en la salud, la economía, el comportamiento cívico - la seguridad-, la educación, la diversión y el ocio... dentro de un clima armónico...
En este "clima" de prosperidad y garantía de derechos y deberes de los miembros constituyentes... sorprende "enterarse" de "buenas a primera" que nuestra supuesta UNIDAD de nuestro Estado Español, cuenta con ciertas "estructuras" que desconciertan la propia interpretación lógica del concepto de "UNIDAD-UNICIDAD".
Las comunidades autónomas que constituyen nuestra actual IDENTIDAD de España cuentan con un régimen fiscal común, TODAS MENOS DOS, que disfrutan de un régimen diferenciado por Convenios Económicos Exclusivos (y excluyentes).
Esta diferenciación, recogida, según parece en la misma constitución del 78, crea una sensibilidad de "desigual trato" y provoca sentimientos de resulsa a este modo de organización. Esta "afirmación" se hace con el respaldo legal de la Ley 12/2.002, de 23 de mayo, denominada LEY QUINQUENAL DE CUPO, por el que se establecen conciertos económicos con las CC. del Pais Vasco y Navarra.
Es claro, que al tener conocimiento de esta realidad "diferencial" se nos levante una ligera erupción que al menos molesta. Molesta a catalanes, a gallegos, a andaluces y supongo que a extremeños, asturianos, murcianos, valencianos y maños, cántabros y castellanos... y viendo como queda la cosa, supongo que no nos vamos a quedar de brazos cruzados. Porque, ¿quién forma España?
Quienes nos "gobiernan", ¿con cuántas mentiras nos atontan-gobiernan?, ¿cuántas máscaras utilizan mientras ofician el poder?. Nos tomamos a risa los aspavientos de los brujos y chamanes mientras ejercen sus ceremonias tras esas "artísticas" carátulas. Viendo a nuestro anterior Presidente del Gobierno desnudo por el vino de aquella careta oficial, tomo consciencia de este engaño que nos envuelve. Poca diferencia percibo entre el brujo de aquella tribu perdida, y los "exorcismos" publicitarios de nuestros gobernantes. Si el expresidente ahora pretende "graciosamente" desautorizar las normas que nos organizaban y aún ahora nos organizan, ¿qué credibilidad le otorgamos? Porque, no parece sino un guiño a que procedamos a burlar las reglas en aras de "¿quienes son ellos para prohibirme que me exceda al comer, beber, divertirme,...?"
Después de esto puedo tomar conciencia que no sé dónde nos llevan, pero ¿sabe alguien a dónde vamos?

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