domingo, 21 de septiembre de 2008

El caso del Profesor Jesús Neyra, en cuanto que por defender a una mujer en situación de maltrato recibe del maltratador un golpe, del cual con tan mala fortuna, aún se halla en coma.
Así se nos informa reiteradamente, los hechos fueron así y algo más, a causa del golpe acudió hasta cuatro veces a los servicios médicos. Y la mujer "maltratada", con coraje, con convicción mantuvo ante tres periodistas experimentadas -entre ellas destacó la Sra. Pilar Rahola- la tesis de una simple discusión y no "maltrato".
Ya han pasado días, y sigo expectante ante esta escena en la que el corifeo social de los "consumidores" así como los hados y parcas de los "periodistas" buscan una antígona a la que inmolar y lograr una catarsis del drama que vive nuestra sociedad relacionado con la violencia de género.
Cuando del maltratador se descubre un historial de violencia y de consumo de drogas, los grilletes practicamente ya los tiene puestos.
Esta situación deja oculto que el maltratador está realizando una rehabilitación... y viendo a la Sra. Violeta Santander, recordaba la hipótesis de Eric Verne sobre su trabajo referido a los "juegos psicológicos" concretando que determinados juegos, no se juegan con otros jugadores, sino que previamente se pactan.
El temple, la firmeza, el temperamento que mostró ante el público, así como la furia de impotencia, le revelaba como mujer convencida de su relación "terapéutica" con el agresor. Por ello, al recordar la tesis de Flora Davis de esa información-comunicación "no verbal" que constantemente emitimos, sospecho de un montaje "de un discurso políticamente correcto", y como todo lo político, amañado.
¿Por qué digo esto?, por la sencilla razón que cuando en mi espacio laboral me encuentro que hemos de "integrar" a un alumno, me toca usar mis convicciones, y también me encuentro convertido en receptor del rechazo de quienes se incomodan por la presencia de ese alumno conflictivo. ¿De verdad queremos "incluir" en nuestro "espacio vital" a esos ciudadanos tan diferentes a nosotros, para que dispongan de nuestros objetos y lugares?. Conocido es que en esta "relación" se viven momentos "disruptivos" que desde fuera pueden ser interpretados como "violentos", y cuando no respetamos el trabajo del otro, los sensacionalismos tienen mucho de farrullero, ¿con qué intención?. Y es que las oportunidades conllevan riesgos, riesgos que a su vez "socialmente" no se quieren asumir, entonces...?
¡¡FELIZ OTOÑO!!

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