sábado, 29 de noviembre de 2008

GULLIVER Y LOS LILIPUTIENSES


Allá por 1991, encontrándome en una Agrupación Rural, trabajaba con un grupo de alumnos, y en aquel menester de dar a adquirir conocimientos, encausándose éstos en espiral, desarrollé una aplicación sobre la realidad a asimilar y la representación, tal cual se usa en el espacio escolar.

La actividad proponía trabajar sobre-con la relación lógico espacial de las proporciones, esa equivalencia “análoga” entre un objeto real en el que se desenvuelve el alumno existencialmente, y el modelo representativo, plástico, prensible, manipulable, a partir del cual el alumno ha de extraer “el conocimiento” (hoy llamado competencia, porque tanto antes como ahora pensábamos que el saber es, saber desenvolverse).

La actividad planteaba ficticiamente, como juego, la percepción de "Gulliver y los liliputienses", tratando de captar ambas perspectivas sensoriomotrices. Fue una confluencia de conocimientos: los oficios, los edificios, modos de construcción, la urbanización de los espacios por el uso tanto de los edificios como de los habitáculos de las casas, la regulación del tráfico,… y el entorno, su orografía con sus niveles y desniveles, los cultivos del terreno, y los medios de transportes y comunicación.

Y como las imágenes hablan, que ellas hablen, las cuales probablemente lo harán con mayor claridad que mi persona.


Saludos para vosotros, mis alumnos, que fuisteis el centro y la motivación de esta tarea; me sigo acordando de vosotros, Jose Antonio, María José, Eva, Leticia, Eva Soriano, Agustín, Pelayo, Ángel, Daniel, Mª José Escobedo,… sed felices. Y saludos.




























disculpad, si termináis retorcidos, se me resiste el giro de las fotos.

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