martes, 18 de noviembre de 2008

LA INFALIBILIDAD DE LAS ORDENES "DE LOS" SUPERIORES

O LAS “EXPLICACIONES” NO SON VERDADES

Desde que conociera el pensamiento de Beltran Russell en su obra “LA PERSPECTIVA CIENTÍFICA”, dilucido el por qué y para qué de la ciencia, brevemente expresado con tres principios: explica, controla, predice. Por ello cualquier situación empírica en la vida de los humanos, busca explicaciones coherentes sobre la que el hombre reflexiona. Estas explicaciones o hipótesis… o diagnósticos… pretenden controlar esos actos que suceden e inciden y sorprenden en nuestras vidas.

La explicación es una deducción tras el estudio/contraste de datos observados. Pero es que estas explicaciones no son “verdades” sino hipótesis a validar. Y a través de estos raciocinios se pretende controlar. Es el control la razón del saber. El hombre quiere saber para controlar. Y posteriormente comprueba que el control inmediato lleva a la incertidumbre de… ¿y después qué?. Por lo que el control requiere de un control-futuro, de ahí que demande predictibilidad. Si predice, y lo predicho se cumple entonces el saber es científico porque corrobora a la hipótesis. El saber es científico, porque está sujeto a medida y control, pudiendo ser contrastado sus datos en contextos y situaciones paralelas y análogas. De aquí afloran las leyes “científicas”.

Pero en la existencia humana aún no hemos encontrado muchas leyes. Respecto al comportamiento, aquellas que afloran de la genética y de la biomedicina, las cuales se sostienen con más o menos certidumbre, las demás se nos muestran envueltas de azar, y por tanto de ignorancia. Y al caminar en la ignorancia, lo primero que la reflexión nos ha de responder es, ¿qué pretendo y con qué recursos?, ¿realmente los tengo?

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Y ahora me viene al pensamiento el concepto de “partida”. Partida, empresa, trabajo, cual viaje e itinerario. Donde se emprende, se prende-apresa, se sujeta con firmeza las riendas que controlan la biga o la cuadriga; o el timón de la nave… recorriendo, remontando caminos, olas, con el propósito (propuesto) de promisión y provisión de garantías de vida.

En la vida uno tiene que saber las capacidades que tiene –importan- pero también ha de saber “gobernar” y gestiona estas capacidades. De qué le vale a tal o cual persona ser capaz y contar con altas competencias si luego no es capaz de aprovechar y organizar para fines benéficos para sí y los demás, aquellas aptitudes disponibles.

Las cosas no son porque son, y en el ser influyen e interfieren factores que se hacen difíciles de controlar. En el control tengo siempre que incluir una porción de azar. Que si el “efecto mariposa”, que si el “efecto Pigmalión”,…, complejos, conflictos, trastornos, fobias, intolerancias… y es que no somos perfectos. Vivimos rodeados de “bienintencionados” que con algo de prepotencia, vienen cargados de consejos “ortodoxos” para alcanzar en la tierra un “cielo añorado”. A éstos les respondo con un “soy hombre, no dios”.

En mis años de estudiantes, mientras esperaba el turno en una Fotocopiadora a la que acudiera para aprovisionarme de apuntes, había en uno de los posters de los que figuraban en la pared, un poema y de éste, una frase que me impactó:

…porque después de todo he comprendido,
que lo que el árbol tiene de florido
vive de lo que tiene sepultado.

Y es lo que vengo a creer y sintetizar, lo florido depende de lo labrado, y además como ya vamos sabiendo, la vida es muy cicatera y si bien la naturaleza puede dar abundantes frutos, lo que es la vida suele absorber muchos sacrificios y esfuerzos para darnos, si lo hiciera, tan solo un poco de “gloria”. La mayoría de nosotros vamos viviendo así, “sin pena ni gloria” y, quizás, con suerte, topamos con alguna sorpresa, pero como dice el dicho: “¡madrecita!, que me quede como estoy”

Hagamos por transformar y explotar las capacidades de cada cual sin meternos en enjuiciar y prejuzgar a quienes, el azar, pudiera guardar una misión, quizás prodigiosa. ¿Quiénes somos para limitar nuestro propio crecimiento, y el de los demás?

Y ya el último comentario, el pueblo norteamericano ha encontrado la solución, al menos “la esperanza”, para salir del problema, en un terreno inimaginado e inimaginable desde el pragmatismo social; y sin embargo el pragmatismo funcional ha proyectado a este líder para conducir a este vasto pueblo. Exterminio, prejuicios, segregación, disgregación, discriminación, incluso “apartheid”, se han ido superando.

EEUU ha demostrado ser más vivo que nuestra sociedad, quizás porque se atreve a afrontar sus problemas y los resuelve. Al contrario, nuestra sociedad disfruta hoy día de una acomodación y un conservadurismo, a veces llego a oír caciquismos, en organismos y colectivos, que intentan defender intereses muy “cortos y circulares”, practicando un tutelaje proteccionista y al par lastrante que nos escora. Aquí hablamos mucho de integración-inclusión-inmersión, cantidad de anuncios y propagandas… mucho de lo que presumimos, más de lo que carecemos.

Espero que “la esperanza” nos mueva a más de uno, haciendo que cada cual cambie su porción de realidad en la que se desenvuelve. La integración supone superar las diferencias, y superar no es negar, sino buscar estrategias alternativas/paliativas de tal modo que converjamos en fines y garantías comunes. Feliz esperanza.

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