jueves, 18 de junio de 2009

UN DIA EN EL ESTADIO



El miércoles pasado acudimos al Estadio de los Juegos del Mediterráneo y coincidimos con otros cuantos Colegios más. El Patronato Municipal de Deportes celebraba el final de temporada de los Juegos Escolares Municipales.

Bien organizado, se asemejaba a la distribución de espacios y actividades de un parque temático cualquiera. Libremente, con mayor o menor armonía y autonomía, los alumnos, “dinamizados” por los monitores, transcurrieron felices por los inflables y actividades tan divertidas como entretenidas. Me sorprendió la correcta organización, en todos los aspectos, incluyendo seguridad, la cual discretamente disponía, de ambulancias preparadas para cualquier servicio de emergencias.

Íbamos con mi colegio, junto a los cuatro grupos del 2º Ciclo de Primaria, los alumnos de nuestra Aula de E.E. Basados en la experiencia y en la prevención de riesgos –tanto laborales como civiles- cada uno de nuestros acnee contaba con un adulto que le asistía en los distintos ejercicios y momentos… tanto ellos como los adultos tuvimos la oportunidad de divertirnos “expansivamente”.

También coincidimos con un grupo de acnee de otro centro de E.E., éste concertado, eran cinco alumnos y dos adultos. Desde fuera podía parecer que se hallaban bien “provistos”, sin embargo recibí comentarios de la “intensidad” de los comportamientos de estos acnee y, la imposibilidad de controlar a los 5 por parte de los dos adultos. No por impericia de los trabajadores, ni por falta de atención, sino porque “NO ES POSIBLE HUMANAMENTE” en las circunstancias de actividades “abiertas”, espacios amplios y contextos desconocidos.

Los alumnos podrían encontrarse en situación de imprevisibilidad por desconcierto, con consiguientes riesgos, y los trabajadores estaban sometidos a una situación no controlable si se presentasen imprevistos “normales” (frecuentes en el estilo de conducta de estas tipologías de acnee). Las conductas manifiestas por estos alumnos deben controlarse –como con cualquier otro- para que nunca se vulnere su dignidad, su intimidad, su propia imagen. Reconociéndosele sus diferencias, éstas nunca justificarían actuaciones que les degradasen.

Es por tanto que hemos de solidarizarnos y reclamar a quienes orquestan estos servicios que las normas están para velar por ellas, no por la fidelidad a la norma “per se”, sino para garantía de los ciudadanos.

1 Comment:

  1. Jacinto Barragán Vicaria said...
    POR LA ENSEÑANZA PÚBLICA DE CALIDAD.

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