domingo, 25 de abril de 2010

DE LA EDUCACIÓN, LA ECONOMÍA

Y DE LA ECONOMÍA, LA EDUCACIÓN.

Cuando en la comunicación describimos las funciones del lenguaje diferenciamos la función léxica, sintáctica, la semántica y pragmática.

Nuestros códigos comunicativos tienen que organizarse para que cumplan su papel estructurante y vinculante hasta cerrar el circuito emisor-receptor; y así el ser humano alcanza ese grado de hominización que ya no depende de él en sí, sino del "clima de convivencia", del nicho ecológico que a través de la cultura y de la civilización potenciará nuestro producto, generando declive o crecimiento.

Asistimos a una transformación social de los sistemas productivos económicos que posibilitan la disposición de otros recursos humanizadores. Seguiríamos teniendo potencial pero no lo podremos desarrollar, si no contamos con los medios.

Es la educación lo que me preocupa, sí. Sé que ésta sin medios es “difícil”, que aunque los medios no garantizan los resultados, los posibilita.

Nuestro añorado y necesario Pacto por la Educación, se nos está-va esfumando. Se oye la explicación que el excesivo poso ideológico que flota sobre este entablamento "empresarial", es la razón de su aborto. Este eufémico calificativo parece condensar nuestra estulticia para resolver el entramado que hemos generado y del que ahora quedamos prisionero.

Cuando el problema “ya planteado” no lo entendemos, se nos insta a que lo leamos una y otra vez, como si al ovillo le diéramos las necesarias vueltas hasta encontrar la hebra de la que ir tirando y deshaciendo el enredo enmarañado. Como niños estamos afrontando ingenuamente el planteamiento queriendo disponer de la respuesta facilona preguntando al maestro si es de sumar, de restar,… No queremos pensar sino que nos digan la respuesta y zafar cómodamente de la situación. Esto es lo que observo en los partidos-fragmentados políticos, donde encuentro el peor obstáculo para resolver la situación educacional. Si estos intermediarios en el mercadeo no resuelven la situación que nos embarga a todos, digamos ¡apaga y vámonos!

Volviendo a las funciones de lenguaje, nos liamos en la organización del sistema, en si el léxico y su semántica son acordes; pero olvidamos la pragmática, si todo lo que hacemos y decimos vale para algo. El sentido común de la lógica es lo que está fallando, y así andamos dando palos de ciego.

Esta es la situación, tal como la percibo y explico, he tenido la enorme suerte de toparme en una entrevista de Jose Mari Callejas, en la CNN, con un compatriota nuestro aunque “nacionalizado” en EE.UU. de América –cada uno es libre de residir donde le plazca- el Sr. Sala i Martin. Este economista describe con claridad una respuesta a la pregunta que “periodísticamente” nos inquieta: la que aquí nos hacemos/hacen los políticos de turno: ¿quién lo hizo-hace-hará mejor?, Xavier, este es su nombre, declara que llevamos 20 años de descontrol, que venimos actuando “al alirón” sin planificación alguna, tanto unos como otros; que no solo los políticos no han hecho nada sino que los propios Bancos, “ese otro Poder” del “Estado”, abordaron inconscientes e imprudentemente todo su apuesta al “ladrillo”, y ahora “empantanada” su logística intentan resarcirse de los avalistas.

Nadie hace nada, aquellos que presumen de saber, ¡mienten! queriendo sacar tajada cual estraperlista en situación de guerra. Este desolador panorama es el que siento al ver esta frustrada aspiración del Pacto por la Educación, consumada. Y la esperanza, para no caer en el desaliento, que hay argumentos y criterios para levantar la necesaria restructuración de nuestro sistema productivo, no solo educativo, ya que éste forma parte de nuestra misma vida biológica y social. Se que tenemos potencial, tan solo que somos individualistas y de este individualismo, los nacionalismos, y demás particularismos en donde en vez de convertir la diversidad en riqueza, nos embotamos y aturdimos. ¿Cómo disponer de serenidad?

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