domingo, 23 de junio de 2013

“A veces creemos”


Pedagogía y mayéutica: A veces llegamos a creer que lo cotidiano es trivial.

A veces creemos que los niños, “hacen cosas de niños”, e inequívocamente los mayores “cosas de mayores”. A veces creemos que la mujer del juez es “juez consorte” y el marido de la médico, “médico consorte”, porque  “creemos” que una “carrera” y la experiencia, se “contagia en la cama, cual enfermedad” … ¡Diréis que digo absurdos, pero quiero insistir en los muchos errores que arrastramos en nuestras vidas cotidianas. [como el marido de la infanta no puede ser infanto, lo hacemos duque y ahora ando confuso porque no sé si me están reponiendo al de “sin tetas no hay paraíso”]

A los niños los tratamos como niños, con un ¡total si son niños!, lo aguantan todo… o los sobreprotegemos, ¡no se vayan a traumatizar! (luego, por no traumatizarlos, los traumatizamos).

Sigamos con las ideas “de toda la vida”. Un padre cree: ¡mi padre me dijo que aprendiera a leer y a escribir y las reglas de los cuatro tipos de cuentas, y mis hijos las va a aprender. Pero, uhm!… no siempre leer y escribir, y las cuatro cuentas, siendo cosas de niños, son fáciles de asimilar. Sabemos, mejor, vamos sabiendo los cauces, las puertas-compuertas que hemos de atravesar… y no todas se nos abren a todos.
¡Cuántos “procesos” intervienen… en una “conducta”!. La atención, es una condición necesaria, pero no es suficiente. La memoria, también, pero sobretodo, la voluntad de desarrollar/motivación, el proceso-tarea secuencialtemporalyespacial. El “me aburro” es una situación, pero no todos los días podemos “montar el circo”.

A veces las ideas “triviales” se asemejan a “la cabra en un garaje” o “el elefante en la cacharrería”, destroza más que corrige.

Me intentaré explicar y para ello recurro a lo estudiado: LAS FUNCIONES DEL LENGUAJE, este “concepto de lenguaje” lo hago extensivo a todos los “códigos”. Se describen cuatro niveles:

El nivel léxico y además me permito relacionarlo con la psicoevolución humana. A la hora de comunicarnos, el bebé humano emite “instintivamente” (Noam Chomsky) sus “berridos” creando un ritmo y una intensidad –y es verdad, que esto también lo hacen los pájaros,… y mamíferos-. Queda claro que para comunicarnos basta el código… la forma es lo de menos, recordemos los silbos de los habitantes de la Isla, de las Islas Canarias, de la Gomera-. Bien, volvamos a nuestro niño (que no “la niña” de Rajoy”), y arranca con sus “bilabiales”, atrás quedan sus enfados o alegrías ante las personas extrañas o familiares, las emociones se regulan por discriminación, visual y auditiva, y es que a la fase expresiva le precede la comprensiva: ¡antes de hablar, entiende!
El chavea suelta un <> o una <>, “categórico-genérico”, así como, cualquier bicho viviente será “nominado”: “guagua” o “pipi”. Luego seguirá la fase bisemiótica: nombre-acción: “mama abua” (mamá -dame- agua).

Bueno, que me aparto de la idea: seguimos con FUNCIONES DEL LENGUAJE: fase LÉXICA: las palabras… le sigue la función o fase SINTÁCTICA: las palabras se organizan para transmitir el pensamiento. Y el pensamiento unas veces es imperativo, rogativo, narrativo, dubitativo,…

Las palabras tienen significado, función o fase SEMÁNTICA. El aspecto o nivel semántico, constituye el tercer nivel, muchas veces en función de la semántica el léxico se cambia, por ejemplo la fonética suena “igual” en: “ahí, hay quien dice ¡ay!” (el caso de las palabras homófonas y las homógrafas), o muy similares: “papila” y “pupila”, -digamos que de la lengua pasamos al ojo-. Y también en el ritmo articulatorio, se genera “significado”, es el caso de “de  jardinero” y “dejar  dinero”. Vemos que en la medida que vamos subiendo el nivel de comunicación escalamos mayores dificultades.

El cuarto nivel es el pragmático, funcional, …

Y quiero añadir un quinto estadio, el metalingüístico o intuitivo, es ese nivel simbólico, para jugar con la lógica y deducir conclusiones, más allá del mero plano formal y abstracto.

Pues bien no todos alcanzamos estos cinco niveles y nos desenvolvemos con agilidad en dichos ambientes, algunos como en los “niveles” sociales, no lo palparemos en nuestra “p...” vida.

Caigo en la cuenta que estoy explicando el lenguaje, pero quiero que también se “entienda por el mismo cauce, la adquisición del "lenguaje leído y escrito" (lectoescrito). También quiero considerar que en estos momentos “tiernos en edad fisiológica”, el cerebro dispone de una plasticidad extraordinaria, que con los años irá perdiendo –factor que hay que tener en cuenta -no nos determina pero sí limita posibilidades y sobretodo “tiempos”-. 

Creo, sí que la vida es una sabia maestra pero no todos los alumnos somos buenos discípulos de sus enseñanzas. Todavía me sigo preguntando, para concluir: ¿quién es el verdadero “estúpido”, aquel que sobredotado intelectualmente no ejercita las capacidades de la constancia y la perseverancia, o quién depositario de menos “watios” en el suministro eléctrico y revestido de “estulticia”, se cuida y mucho de dotarse de aquellos medios “lúcidos” con los que controlar sobradamente su parcela existencial. Conclusión: el secreto no está tanto en la propiedad, sino en el uso de los medios.

MI PROPÓSITO “MAYÉUTICO” CONSISTE EN

ENSEÑARLES A USAR SUS “MEDIOS”.

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