sábado, 24 de enero de 2009

¿SABER HACER O, SABER ORQUESTAR?

En esta vida no se trata de que tú sepas hacer las cosas, no; se trata de saber hacer que otros hagan cosas que a tí te conviene que hagan, para tu propósito o el de alguna causa anexa a tu pretensión.
No es por tanto que tú sepas hacer las cosas sino de montar un equipo que haga lo que tu pretende, teniendo en cuenta que el secreto se encuentra en que no hagan “lo que tienen que hacer”, sino que hagan ”lo que quieran hacer”, -haciendo claro lo que tú quieras-.
Aquí radica la clave del “consenso”, ¡y todos contentos!. (de aquí que la sinceridad, la diafanidad no es un puntal seguro, y menos la coherencia con tus referentes nobles, –normalmente “los nobles” terminan ajusticiados-.)

Imponer o recordar las obligaciones “adquiridas” por el puesto que se ocupa, suele genera precisamente el efecto contrario. Somos tan “demócratas” que no admitimos nada, ni nadie que se nos imponga, sino que todos intentamos hacer aquello que nos viene en ganas, “eso sí, cuidando las ropas”.
Por tanto, no se trata de hacer lo que debemos, sino que “el que sabe orquestar” intente contentar las distintas demandas “particulares” –que no oficiales- …; no se trata por tanto de organizar conforme a las normas establecidas sino de “montar una infraestructura acomodadora a las requerimiento momentáneos de los “particulares implicados” y entre éstos siempre habrá mejores y peores favorecidos (y de esta prevalencia, dejar contentos a la “mayoría” y a aquellos que ostentan “señoría”, los otros hay que saberlos “contentar” de otros modos).
Mientras que sepas orquestar, no hay que preocuparse de que "seas bueno en algo", ciertamente podemos ver a, precisamente “lideres”, que si no fuese por el equipo que le asiste y el grupo social que le respalda, son auténticos mediocres, esto pasa en todas las esferas de la sociedad, en la política, en la profesional, en la deportivo, ¡en fin, donde queramos mirar…!

En la carrera profesional de cada cual, te enseñan a sacar buenas notas (“currículum vitae”) según los “planes oficiales de estudios”, sinónimo de competencia, -suponiendo que el “conocimiento adquirido” te solventará la resolución de los retos que hayan de sobrevenir-. Pero obvian –aunque no tanto- en el “currículum” o en la “oposición”, el “perfil de rasgos” y, si es cierto que hoy en día los selectores de personal, buscan sujetos que sean capaces de crecer en armonía con el entorno profesional, sea para la empresa privada o para la administración pública, la “objetividad del acceso a la parcela pública” tiende a baremar a favor de los “conocimientos”. Nunca buscan críticos que se pasen la vida “replanteado” las posturas y medidas tomadas, o a tomar. Como se dice, no se paga para “pensar” sino para “generar”.
Si el pensamiento no genera soluciones “convenientes”, ¡no pienses!, es lo que vienen a decir. Y si piensas, piensas para ti y sobretodo no lo lleves a cabo en tu entorno. De este modo la maquinaria rodará como balsa, es lo que a la mayoría le interesa, por tanto tu pensamiento debe estar “con la mayoría” (estés de acuerdo o no).

Para cambiar las cosas debes contar con la mayoría, ya lo reflejó Saint de Exupery en su “Pequeño Príncipe”, el rey decía … … y así todos sus súbditos tan contentos; y el reino era feliz.

miércoles, 7 de enero de 2009

MOTIVOS NOBLES, PROCESOS DUDOSOS

¿Quién mueve los hilos en el caso del profesor Jesús Neira?

Cuando uno analiza, descompone. Ha de desmontar el “todo” que le llega, para detectar y percibir, no el revuelto, sino los hechos que significativamente se constituyen en causa y efecto de ese objeto de estudio.

El Profesor D. Jesús Neira Rodríguez, es un hombre convencido de los “valores de la democracia”, vive en la costumbre de que sus palabras son referenciadas; está acostumbrado a que se le respete su autoridad en el contexto de la docencia. Le es común –por el ámbito en el que se desenvuelve- a sentenciar su opinión. Es decir, sus propias ideas le convencen y le alimentan su superioridad para amonestar a los discípulos. (Estas descripciones son adjudicables a tantos otros compañeros que imparten cátedra en cualquier universidad, más si es privada, donde el alumnado “selecto” refina más sus comportamientos acorde a lo “corrección del abolengo al que pertenece”. Los Grupos Profesionales se envuelven en un tejido de autoprotección que no permiten cuestionar… )

Pero el hecho en el que interfiere no es “campus” universitario, sino que intenta mediar (o reprobar) en una discusión de pareja subida de tono, una pareja “hecha y derecha” (no son veinteañeros) ni tampoco andan en una trama “correcta”, la visceralidad de las emociones están borboteando, sus discrepancias efervecen -supongo que en sintonía- y tanto un miembro de la pareja como el otro se comunican “intensamente” (creo que habían quedado en este lugar, como” tierra de nadie”, para tratar el asunto que les importaba) y las formas aparecen “públicamente” peligrosas.

De cómo fuese la “amonestación” pudiera deducirse la irascibilidad que provocara; de lo que dijese y cómo, dependerán las consecuencias.

No quiero justificar la violencia, en ningún momento, y reconozco el valor para “corregir” e intentar modificar el desarrollo de aquel conflicto de pareja, que a su entender se encontrara en riesgo de agredir el varón a la mujer. Pero interferir en un asunto a este nivel de crispación requiere tiento, y también prudencia. Por la razón que fuese, Jesús no controló con suficiencia la situación, no estimó los riesgos, e imprudentemente dio la espalda. Tanto el profesor como su hijo, son sorprendidos y el factor sorpresa les desconcierta a ambos.

Los golpes que le propina Antonio son fuertes y violentos, no quito “hierro” al asunto, pero puede levantarse y marcharse. Los golpes son potentes, el resultado del desahogo de rabia y rebeldía, pero en cuanto que sorprendido ni se defiende, no es previsible enconamiento y rebate. Civilizadamente acude posteriormente al Juzgado a dar parte del hecho e igualmente se pasa por un Centro Hospitalario.

Aquí surgen mis “interferencias cognitivas” al desestimar los facultativos daños significativos porque si no, son éstos los que redactan el Parte de Lesiones al margen de la actuación del implicado en un Jugado o en la Policía. De ello deduzco que el propio profesor no estimó (o no quería distraerse de otros asuntos más urgentes de su vida particular) “de importancia” tal “bapuleo”. Serán molestias posteriores las que le harán buscar solución en otro momento y lugar, por algo, lesivo, que no es detectado, donde otro equipo médico o facultativo declina igualmente gravedad.

Lo que luego viene a suceder, no es previsto por nadie. Los golpes los ha recibido un organismo de 55 años hipertenso, con una válvula cardíaca, y que por esta prótesis implantada, los niveles de densidad sanguínea requieren de sustancias que le licuan el torrente hemodinámico.

Hasta ahora tenemos un hecho de agresión el cual aparentemente ni el particular ni los propios médicos estiman “grave”, pero del que se derivan consecuencias que debieron haber sido detectadas, previstas y tratadas, y no lo fueron. Aquí radica el quid del conflicto, mi pregunta queda en ¿por qué los medios de comunicación se vuelcan en levantar un cadalso a una simple discusión de pareja, -vale que estemos muy susceptibles, no es para menos pero la que tienen montada con el agresor y “agredida” no parece proporcional-, y eluden la falta de pericia y dedicación -negligencia- de los cuadros médicos de 2 hospitales públicos gestionados por “Esperanza Aguirre”? ¿No hay un interés económico de eludir responsabilidad al sistema sanitario, y “cohecho” que esta confusión informativa está liderada por medios como Antena 3, El Mundo, y vociferada por adláteres (La Nueva España, El Correo Digital, Terra España, ADN.es,.. )?

Desde el principio percibo un montaje, una escenografía típica del periodismo “sensacionalista”, de las de “si no hay noticia, se crea”.

NOTA: este comentario está relacionado con "lo convencional, la comunicación no verbal y los juegos psicológicos", colgado el 21 de septiembre de 2.008

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