viernes, 17 de marzo de 2017

la atracción o dependencia entre opuestos



Las diferencias de las apariencias y
las apariencias de las diferencias…

“Bella y Bestia” es el paradigma del efecto del enamoramiento, en el cual percibimos, no la realidad del objeto elegido, sino lo figurado o proyectado por el deseo (inconsciente…) del “enamorado-enajenado”. En todo enamoramiento se da una idealización, una transformación “ficticia” de cualidades atribuidas en el “objeto elegido” que sólo capta y procesa el enamorado.

El hecho de situarse la acción en la noche, al igual que Oberón y Titania en el “Sueño de una noche de verano” de W. Shakespeare, hace admisible que la realidad se diluya, perdiéndose el “juicio social” que envuelve toda relación…

La bipolaridad es un esquema innato de pensamiento porque construimos los conceptos desde los contrarios e inversos. Estos constructos mentales (psicodinámicos) elaborados desde la percepción concreta emanan al descubrir el día y la noche, del calor y el frío, el hombre y la mujer, lo vivo y lo muerto, lo sano y lo enfermo… y así irá siendo aplicado y extrapolado a otras “variables” más o menos complejas pasando de lo físico a lo abstracto… bello y feo, sabio y necio, santo y diablo… Quizás, por esa ciclicidad de la naturaleza y esa atracción hacia la complementariedad como solución a través de la integración e interacción entre opuestos.

Estos “extremos” que permiten el contraste, son a su vez recurso en la producción literaria y artística plástica… con tono irónico y mordaz, o jocoso y lúdico, a fin de denunciar, distraer o moralizar, ya en comedia o en tragedia, construye conflictos para luego relajar su resolución en la vida diaria…
Existe una atracción o dependencia entre los opuestos: ¿Qué es bello y qué es degeneración, qué es armonía y qué desorden, qué cosmos y qué caos… ¿Bella y Bestia es otra varianza temática del trato entre opuestos… el bien y el mal, Ormuz y Ahriman… dos opuestos obligados a entenderse…



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