martes, 12 de noviembre de 2013

Por motivo o razón "emocional".




Detecto, por observación y comparación, aunque no por experimentación, que lo que voy a decir puede considerarse un simple comentario. En el alumnado de la escolaridad "obligatoria" y por tanto, más en la Educación Pública que en la Privada, sea o no Concertada, se da, existe, un tipo de alumnado que no aprende, no por "discapacidad" sino por "disconformidad" con las "estructuras socializadoras". 

No es que tengan discapacidad, repito, es que le rebosan-rebasan las pautas comportamentales que "inconscientemente" usa el profesorado. Al final de mucha palabrería el docente, convencional, se agarra al hostigamiento, a presionar bajo la "obligación" de que aprenda-adquiera conocimientos/capacidades; y así el alumno vive sometido al sistema de "evitación-refuerzo negativo": evitar el suspenso, el ridículo, el castigo social y familiar. 

El lenguaje de la "motivación de logro" es un eufemismo, la mayoría apenas disfruta por "aprender y disponer nuevos conocimiento y capacidades"; pocos se mueven por estos parámetros. La educación se soporta, como tantas cosas. Pero hay "alumnos indómitos", que repudian este sistema de relación docente-discente "reprensivo-represivo". Es por tanto que esta "experiencia vital y existencial" marca la dinámica convencionalmente establecida y que impuesta por la obligatoriedad, la sociedad no se la plantea. 

Surge entonces el fracaso escolar porque no soportan a personas que no les "provoca" ni motivan y a las que ni estiman ni admiran. El reto de este punto no tiene solución, no porque no lo tenga, sino porque no pondremos los medios para resolverlos. Es más fácil dejar que aflore el fracaso y cargárselo a la oposición. No se soluciona nada pero "castiga sociológicamente". Al final me convenzo que los problemas sociales son "balones" con los que los políticos juegan, y una vez acabado el juego, el balón se guarda, para la próxima vez.

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