domingo, 15 de noviembre de 2020

 

El pensamiento como la luz:

allá donde está, escollos que evitar;

y donde no, frecuentemente tropezar.

 

Hubo un Modelo de LA EDUCACIÓN del pueblo que tuvo por objeto la INSTRUCCIÓN de los súbditos de un reino. Hubo otro Modelo que, digámosle, consintió en la ILUSTRACIÓN de éste, divulgándose los conocimientos, haciendo que los alumnos ciudadanos acumularan las riquezas de la dotación, y por la dotación –dote cual casamiento- resolutivos y productivos. Este modelo humanista fue derivando hacia el pragmatismo mercantilista, como cualificador de la mano de obra para nutrir funcionalmente a los puestos selectivamente necesarios en las empresas e industrias (digamos que era el pensamiento fisiocrático de “poner las tierras en producción” para beneficio del Estado conjunto).

Actualmente este modelo de “producción” ha llegado a no resultar productivo, por generar excedentes que hemos de tirar fuera, al extranjero, después de costear su producción, como consecuencia por mantener los puestos ya cubiertos por mucho tiempo. La cualificación de la mano de obra resulta cara porque puede producirse en diez años un puesto a cubrir por cuarenta años, es decir, producir puestos precisos y concretos, cualificados y delicados, conlleva un significativo riesgo, al no dejar de ser el trabajador un producto social más que precisa ser reciclado. EL TRABAJADOR SIEMPRE, AL FIN Y AL CABO, ES MERCANCÍA. De ello, que de igual modo que trasladamos mercancías, trasladamos obreros -parte de la emigración hacia Europa responde a este perfil del migrante (palpémoslo en nuestras propias carnes puesto que los españoles también trotamos por el mundo por similares motivos, porque esto siempre así ha sido. La diferencia: antes éramos nosotros y, ahora lo hacen también otros)-.

En España se ha producido un stokaje de excedentes de títulos, con la única solución de una inflación de titulados a los que ha de añadir más y más sobretítulos. A los Grados, los dobles y triples Grados. Y a éstos, los Masters, por duplicados… organismos oficiales y paraoficiales lo suministran con criterios “homologados”, y dónde no, “habilitados”, porque hace falta sí, una mano de obra versátil, adaptable, funcional, pero sobretodo reciclable y reconvertibles, para acomodar a los sucesivos y constantes ajustes y cambios, algunos violentos, de nuestro peculiar, agresivo, competitivo sistema de producción.

Si antes, la planificación-organización de “sistemas”, la realizaban los gobiernos de los Estados -por poseer los instrumentos necesarios de control- hoy, a través de las empresas privadas, eso sí, en coalición de “los aparatos estatales gubernamentales”, disponen de registros de datos cuantiosos. Cuantiosos datos –big data- susceptibles de, debidamente organizados, ofrecer un control predictivo de demandas muy variadas, tanto de “mercado financiero” como del “mercado social”. Sí, el mercado social se ha manifestado ser otro producto más del “Mercado”, por manifestar la demanda de satisfacer productos tales: seguridad-conflictos, trabajo-subsidios, y como influir en estas polaridades, satisfacción de demandas de confort-coherencia con los instrumentos de obtención. El cambio climático, versus, calidad de vida. Nivel de asunción de riesgos-estabilización en la zona de confort (conservador-progresista). Reparto de los bienes que garantizan la salud, si privados o públicos; en los que observamos, como las industrias farmacéuticas han satisfecho lo que los Estados liberales no previeron …

Sin embargo, como los sistemas siempre se manifiestan dicotómicamente polares, este mercado “de tendencias” en base a “Moda y Frecuencia Estadística”, se basa –se ha de basar- en un pensamiento liberal. Los ciudadanos hemos de ser flexibles y tolerantes porque esta es la ideología-sincronía capaz de amortiguar la organización del sistema de producción organizado por la “AGENCIA” BIG DATA. Se hace precisa y necesariamente vital, una flexibilidad mental en los ciudadanos que no todos disponen en sus “ligamentos” cognoscitivos (recordemos así conoces, así piensas) De aquí, que el sistema educativo deba divulgar valores democráticos basados en/para crear y establecer un clima-caldo favorable a que crezcan -en nuestras probetas mentales- esas ideas que equilibren las tensiones ante demandas imprevisibles … o previstas-provocadas. AHORA, MÁS QUE EL CONOCIMIENTO, SE HACE NECESARIO CULTIVAR “AMANSAMIENTO” …

 

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El modelo constructivo de acúmulode cuantos más datos mejor”, se muestra obsoleto por cuanto estamos dejando en manos de las máquinas la cualificación que antes pedíamos al trabajador.

Desde que anda por ahí el Informe PISA, se viene buscando conocimientos RESOLUTIVOS, para demostrarse que la generación “educada”, resultaría operativa y funcional; resolutivas ante retos inciertos e imprevistos que deberían encontrar y resolver. Razón por la cual, se hace inherentemente crítica, no solo con lo “doctrinal” sino con todo el entorno, y este “sentimiento crítico” se vuelve … de riesgo para los que gobiernan … Por esta razón se viene diluyendo cada vez más este sistema que sí se mantiene … si bien, no se exige su logro y, cada vez los criterios de superación se muestran más laxos. También ante este desconcierto se fragua un “provisionalismo”, en espera de otear nuevas perspectivas … ya que nuestra sociedad está saturada de noticias/constructos desconcertantes y provisionales.

Hoy es un hecho: ante el presente panorama, uno se plantea si el futuro que nos espera fuera un sistema difuso y confuso donde los integrantes de esa sociedad no sepan operativamente, qué soluciones decidir porque todas las soluciones establecidas estuvieran “truncadas”. El Pueblo –ese sector social a la deriva- ha de nadar entre dos aguas, de aquí que ahora, el modelo debiera ser más intuitivo para cual partida de ajedrez, llegar a suponer las pretensiones del otro, pero partiendo que nosotros mismo primero conozcamos nuestras pretensiones personales y no las que nos han creado. Ardua obra ésta la que cada cual ha de afrontar personalmente. Difícil labor ésta, por la cual hemos de SER CRÍTICOS y llegar a abastecernos de nuestros conocimientos para “saber realmente” lo que nosotros queremos sinceramente, y conocer también lo que quieren los otros, -por ello, hemos de crear “un nosotros maquetado”-.

El pueblo ha de encontrar, como el agua cauce a su salida, pero de un modo pacífico, pues no es en la confrontación la solución a este problema de tan larga tradición. No es cuestión que algún interesado salga ganando con la destitución que no sea el Pueblo mismo quien obtenga UNA VERDADERA SOLUCIÓN, que no, por tanto, suplantación.

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