jueves, 21 de julio de 2011

In memoriam

De aquel dicho que aprendí en el Servicio Militar Obligatorio, -como bien queramos recordar- venía a decir: “Verlas venir. Dejarlas pasar, y si te mean en la pechera, dí que llueve”.

Me serviré de esta sentencia aprendida de los labios del capellán castrense, aleccionándonos a los reclutas entonces, del temple con el que debíamos andarnos en aquel mundo. Aquel mundo y éste, tan parecidos.

Pues bien, vayamos por partes. 1º.- “verlas venir”.

Soy funcionario público por oposición, para satisfacción del grado de competencia ante la sociedad a la que presto servicio; grado de competencia del que estoy obligado (servicio de inspección-evaluación) a actualizarlo, de tal modo que os puedo asegurar y demostrar públicamente, delante del auditorio que fuera preciso, las diferentes respuestas adaptativas de mi actual competencia y diligencia para generar ofertas funcionales y adaptativas al contexto y individualización de mis cometidos, tanto individuales como colegiales. ¿Pero, ¡oiga!, vale de algo ser eficiente, diligente, persistente,… ? Por estos motivos, me mosquean los desaires que, por parte del sector “de opinión” proclive y en línea con los “neoliberales-populares”, soflaman opiniones generalistas y genéricas que rayan en “tópicos-típicos” y como bulos vuelan de mentideros en mentideros entre “confabuladores”… ¿pues no parece que flota una moda que pretende la demolición del sector público…?

Y, si bien, convendrá una depuración de ciertos “vicios” en esta colosal construcción de la función pública, no seamos necios, cuales “ciudadanos de Troya” en admitir al “novedoso producto” que nos ponen a nuestras puertas estos vendedores de “patrias” futuras.

No caigamos en contradicciones… -sino es que se buscan otras razones que no son las que están encima de la mesa y … - “el sistema retributivo de cualquier trabajador o asesor, es el sistema de reparto de beneficios en función de la productividad de la empresa”, de tal modo que se “estima que los más cualificados” deben ser saldados con proporciones del beneficio más ventajosas y bla, bla,… ¿cómo medir la productividad de las empresas de sanidad… de educación e investigación…, de seguridad y defensa…? por horas?, por beneficios?, ¿por meros resultados?, ¿reducir las “listas de espera” sin más,… el números de partos frente a cesáreas, del números de fármacos genéricos prescriptos frente a específicos comerciales. Si de Educación, reduciendo los datos de suspensos, de abandono escolar, … ? Y es que la relación entre inversión y rendimiento económico no resulta rentable a la hora de dar garantía a derechos básicos de la ciudadanía (esta ecuación nunca resulta positiva: vean el caso de instalaciones y aparatos de tratamiento muy costosos que no serán amortizados comercialmente en breves períodos de tiempo). Y, ¿nos hemos parado a plantear por qué las empresas privadas se sitúan en poblaciones grandes y descartan las poblaciones pequeñas, pedanías,… (clientela potencialasí como sectorización parcial de la actividad privada descartando aquellos sectores “no productivos” o de riesgos)?, ¿es que por vivir en un determinado lugar los derechos se esfuman?

Y una última reflexión a los mismos señores políticos, ¿no sois vosotros, los que politizáis muchos de los Puestos “directivos de gestión” (de libre designación) según qué partido gobierne, declinado luego en los funcionarios vuestras incompetencias?

Así que dejando a un lado la supuesta cualificación progresiva en función de los años de ejercicio de la profesión; ¡por cierto!, común a cualquier currante, igual al compositor o cantante (y cito una declaración de un compositor, quien defendiendo los derechos de autor, reclamaba poder gozar de los estipendios que le reportaran sus autorías y poder así, seguir “viviendo de la profesión”, ya que si no, se vería desplazado a buscar otras fuentes de financiación)

Vayamos, pues por tanto, a estos políticos, “impacientes” que quieren desmantelar nuestra actual estructura de servicio, “¿qué pretenden darnos a cambio?”, salvo sus disparatadas e irresponsables* “novedades”. Es más, me pregunto: ¿por qué quieren ahora este vuelco de lo público en privado?, ¿no será porque antes la “derecha” gestionaba aquellas organizaciones del “Movimiento”, y ahora en manos de las izquierdas, y de la burocratización, -a la que entre todos los cauces e instituciones “políticas” (del estado/autonomías/diputaciones/ y entidades locales) la hemos enmarañado-, buscan con la pretensión de, al privatizarlas, liquidar todas las adherencias… y gestionarlas, ya en sus manos, como empresas privadas?

“dejarlas pasar”. Perfilo, que viendo como vienen, y cuáles son sus intenciones, será hora de no vender nuestra “primogenitura” (capacidad de mediante el voto electoral), e inclinar el peso de los intereses de los muchos “concientizados”-como gustaba describir Paulo Freire- por la información y la reflexión (y también la emoción –“indignados”-). Son tiempos difíciles, de muchas desgracias, escondidas en “subcontratas y reducción de gastos” [hay quienes trabajan 7 días, 24 horas, en el camión de un servicio de grúas para remolcar los vehículos averiados, por ejemplo, quedando disponible para prestar el servicio en cuanto surja… los esclavos no tenían condiciones peores, y no estoy citando negocios turbios de “trata de blancas”… ] La crisis está destrozando algo más delicado, sutil y no computable, es la dignidad de cada persona que quiere trabajar… ¿en qué condiciones? Por tanto a nuestros líderes políticos les tenemos que exigir que no cierren los ojos a estas mezquindades, no podemos mirar para otro lado. No podemos aceptar que nos llenen nuestras barrigas de pan pero nos traten como perros… a este “estilo de gobierno” nos quieren llevar “los mercados”… y Europa, que ante era el referente de los valores humanos y de la dignidad de las personas, está siendo “confundida”, prostituyéndose y corrompiéndose, envolviéndose de chulos y corruptos que quieren “bajo el palio” del “mercado de capital” gobernarnos**

Y 3º “puesto que nos mean”, ¡y bien!, ¡digamos con dignidad que es tan sólo lluvia! Lluvia con la que regar nuestras tierras. Saquemos fuerzas e imaginación de esta situación a la que le veo atisbos de “revolución” y aunque encubierta, está transformando más de lo que conscientemente nos percatamos.

Son tiempos convulsos y difíciles.

*porque deberían responder de las consecuencias malas como de las buenas, ya que si legítimamente se aprovechan de los “beneficios del cargo”, deben igualmente responder de actos que no sean “de gobierno”, lógicamente.

** si mal lo hace el Sr. R. Zapatero, Dios (y sólo Dios) me guarde de la candidatura alternativa del PP.

Pero por encima de un determinado grupo político está la sociedad a la que sirven. No me preocupan tanto los “medios” que dicen usar en sus programas electorales, sino los resultados y que todos estemos solidariamente cohesionados y competitivos, superando las dificultades o discapacidades; porque en el campo de las necesidades educacionales “especiales” necesitamos “prótesis” con las que resolver las limitaciones que cercenan nuestro desarrollo personal y el de la misma sociedad.

Ya veis la sintonía de la educación y la vida social, y es que a la sociedad la construimos desde la educación, que nace en el seno familiar y luego irá disponiendo de otros ambientes (instituciones) para que alcance un resultado robusto garante de satisfacción de aquellos derechos declarados de la ciudadanía.

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