UN PROYECTO INTERESANTÍSIMO. SI CONOCEMOS LOS PATRONES
NORMALES DE LA CONDUCTA, ENSEGUIDA PODREMOS ENTENDER LOS ERRORES SURGIDOS POR
ENFERMEDADES, DAÑOS, …
DOS ARTÍCULOS QUE SE COMPLEMENTAN:
A pesar de los esfuerzos
realizados en las últimas décadas por los científicos, el
cerebro humano sigue siendo un gran desconocido. ¿Cómo
funciona?, ¿por qué lo hace así? y, sobre todo, ¿cómo es posible atajar las
enfermedades relacionadas con este órgano, por otro lado, cada vez más
frecuentes como el Alzheimer, el Parkinson o incluso la depresión?
http://www.diariodemallorca.es/sociedad-cultura/2013/02/23/proyecto-cerebro-humano/828595.html
El presidente
Obama tiene la intención de promover una iniciativa científica enormemente
ambiciosa: levantar el mapa de la actividad de nuestros cerebros, cómo se
interconectan las neuronas para llevar a cabo ese paso intrincado y
misterioso desde la percepción
sensorial a la consciencia.
El funcionamiento
del cerebro humano ha sido objeto de discusión filosófica desde los tiempos en
que Descartes inició el dualismo -mente y cerebro son entidades
distintas, que no pueden reducirse una a otra- y a través del proceso
de análisis y explicación de la actividad de las unidades básicas de la
arquitectura cerebral como paso primero necesario para superar esa visión dual;
un terreno en el que Ramón y Cajal sentó las bases de lo que son los sistemas
esenciales de transmisión de las señales entre las diferentes neuronas.
De inmediato se ha comparado el Proyecto Cerebro Humano con el que le
precedió -el Proyecto Genoma Humano- dando lugar a una de las hazañas
científicas más celebradas de los últimos tiempos. Pero las comparaciones no
van más allá de la necesidad de unir estrategias de trabajo de los sectores
público y privado invirtiendo cantidades ingentes de dinero para lograr el
objetivo deseado. El
genoma humano cuenta con cerca de tres mil doscientos millones de pares de
bases nitrogenadas, que constituyen el conjunto de la información contenida en
cada uno de los dos conjuntos de cromosomas. El cerebro
contiene treinta veces más neuronas, con un número que alcanza los cien mil
millones a ojo de buen cubero. Pero el proyecto promovido por el
Gobierno de Washington no apunta a la identificación de esas neuronas sino
hacia la tarea mucho más intrincada de indicar y entender sus
conexiones. Las del cerebro humano pueden alcanzar un número cercano al de
un uno seguido de catorce ceros -100.000.000.000.000-; cien billones de acuerdo
con nuestra forma de numerar, cien mil billones en términos anglosajones.
Un
objetivo tan enorme necesita financiación a juego. Aunque hay que esperar al
mes próximo para conocer los detalles, se calcula que hará falta una década
para completar el Proyecto Cerebro Humano y la administración federal
estadounidense piensa invertir 200 millones de euros cada año durante ese
plazo. Se sumará al menos otra cantidad equivalente aportada por el sector
privado. Pero los beneficios que se esperan obtener son al menos tan grandes
como los que produjo el Proyecto Genoma Humano: una enorme reactivación
económica en un sector que no deja de generar retornos muy importantes. Una vez
más, los Estados Unidos marcan la pauta de lo que es una verdadera política
científica. En comparación, el proyecto europeo de simular en las computadoras
cómo funciona una columna cortical de neuronas se antoja un objetivo menor que,
si el Proyecto Cerebro Humano tiene éxito, quedará reducido a un asunto
secundario.