Educación de Príncipes. ¡Si, partamos de esta ficción!.
¡Pensemos!, Si se nos
encomendara educar a un "príncipe" ¡cuántos desvelos aplicaríamos! Y a los resultados, probablemente no cuestionaríamos "sus fracasos", sino "los
nuestros"; no le reprocharíamos sus errores sino que nos
lo atribuiríamos a nosotros mismos.
Tampoco se discutiría la relevancia/imperancia de
"si no apruebas... no obtienes tal Titulo de ...". Así, disculparíamos sus errores, y replantearíamos nuestras estrategias metodológicas. Nuestro argumento moral se respaldaría con ¡se trata del príncipe!
Por supuesto, apodícticamente, la educación del "príncipe" conllevaría ciertos contenidos y competencias, "acordes a su
condición", pero,
individualmente "se regularían", a las circunstancias personales, contextuales,
... acomodándose a la persona
"real".
Esto será así para el príncipe "supuesto", así lo requiere por su condición;
pero para los "plebeyos" "inexistentes" se tornan los
principios..., perdiendo el Sistema de Educación
su sentido paido-agógico , y este Sentido y Espíritu
Educacional es el que quiero reivindicar.
Por nuestra parte somos "educadores" antes que
"enseñantes"(¿?), pero la realidad descuida lo primero para
"asentar" lo segundo. El sistema infringe mayor importancia a los
aprendizajes... Porque reconoce que "EDUCAR", "no educan
ni los padres". Se
magnifica, la Educación, como se magnifica
grandilocuentemente la "DEMOCRACIA"... pero luego... ¡"Otro gallo cantaría"!
Hemos convertido la Educación
en un artificio, en pura ficción, en un recurso de
control/distracción social. Esta es la raíz del problema. La educación
la hemos transformado (de transformismo), de tanto manosearla, en un recurso
"escénico", un "intermezzo", un
tiempo de entretenimiento, mientras entre bambalinas se trajina la trama de la
"siguiente escena".
La Educación no es un entretenimiento, no
es un intermedio, ES LA OBRA EN SÍ, puesto que la Educación ES PARA TODA la vida y actúa siempre EN TODA la vida. Nunca la Educación es una adherencia, o un
barniz, ... o un instrumento... porque la Educación verdadera, aparte de capacitar funciones,
troquela convicciones
(si bien en aquellos que andan al asecho). La EDUCACIÓN ES CONCIENTIZACION y la concientización no es etérea y fugaz, parte de la
realidad inmediata y afronta el presente, al que presiente y precinta.
Es por ello que la EDUCACION de cada alumno ha de ser
PACTADA, CONVENIDA, AJUSTADA al nivel de
sus capacidades desarrolladas
y en potencial, y a las
expectativas reales de desarrollo y aspiración
("motivación" personal
de logro). Así mismo, pautada y determinada
por las del grupo en el que se socializa. El grupo siempre se erige en
condicionante de los factores que provocan RENDIMIENTO.
La Educación última más que de factores externos y
exógenos, rinde cuentas a los
condicionantes endógenos de cada individuo -cada
uno llega donde quiere- este se aliara, y si fracasara, buscara otra nueva
oportunidad; y si no, la propiciara para algunos de los suyos, a fin que lo
logre-. La palabra APRENDE, a fin de cuentas significa, SUJETAR, ASIR,
ATRAPAR... SIN SOLTAR.
Reflexión ante el nuevo tempo de “educación”,
Año Académico 2013-14
Gracias
Javier B. L., siempre que pienso en estos términos
evoco tu ilustre persona.