Etiología de la dislexia:
según el neurocientífico
Bart Boets y sus colegas de la Universidad Católica de Lovaina, (Flandes, Bélgica) el University College de Londres, la Universidad de Oxford y el ETH de Zúrich.
La
dislexia es una disfunción neurológica que a los afectados plantea
problemas para aprender a hablar y a leer.
La DISLEXIA afecta al 10% de la población, o 700
millones de personas en el mundo. No está asociada a ninguna raza, sino que se muestra igual de
prevalente en unas que en otras. Sin embargo, tiene un fuerte componente
genético. La dislexia como transmisión hereditaria tiende a
agruparse en familias, y es el triple de común en hombres que en mujeres.
Se creía que el problema se hallaba localizado en las representaciones
fonéticas del cerebro, que estarían distorsionadas en los disléxicos. Ahora
se demuestra que las representaciones fonéticas en el cerebro están
completamente intactas, y que la verdadera razón de la dislexia es un déficit en su conexión con las otras 13 áreas cerebrales implicadas
en el procesamiento de alto nivel del lenguaje.
Las
letras del lenguaje escrito o caracteres son intentos
humanos de MAPEAR LOS FONEMAS COMO SÍMBOLOS, más o menos acertados en
según qué lengua. PERO MIENTRAS QUE LA FACULTAD DEL HABLA ESTÁ EN LOS GENES —es
uno de los grandes patrimonios genéticos comunes a toda la humanidad—, LA ESCRITURA ES UNA INVENCIÓN CON SOLO UNOS
MILENIOS DE HISTORIA.
La dificultad
de leer del disléxico no tiene que ver con la visión de las letras, sino
con los fonemas que las letras significan. La REPRESENTACIÓN de los fonemas
ocupa un lugar concreto e identificable en el córtex cerebral: comprobándose
su presencia donde cabría esperar, cerca de las orejas, en el llamado córtex
auditivo primario y secundario.
La
actividad cerebral allí se ha revelado tan robusta y precisa en los sujetos disléxicos
como en los sujetos controles. Pero los mapas de conectividad han
revelado una diferencia consistente entre los dos grupos de voluntarios. Los mapas
de fonemas (el córtex auditivo primario y secundario) se conectan
normalmente con fuerza a las áreas lingüísticas de alto nivel, situadas en
otra estructura distinta, el giro frontal inferior, cerca de la sien. Aquí se
cuecen los análisis sintácticos y las asignaciones semánticas que se estudian
en la escuela, y que son las que dan sentido al lenguaje. ES LA
CONEXIÓN DEL CÓRTEX AUDITIVO CON ESTOS PROCESADORES DE ALTO NIVEL LA QUE ESTÁ
DEBILITADA EN LAS PERSONAS DISLÉXICAS.
El neurocientífico flamenco Bart Boets, explica que, en la mayoría de las lenguas, el sistema de escritura es alfabético, o mantiene una correspondencia entre las unidades básicas del habla -fonemas- y los símbolos visuales -grafemas o letras-. La mayoría de los niños pueden así aprender a leer y escribir estudiando estas reglas de correspondencia entre fonemas y grafemas. "Pero este proceso requiere cierto entendimiento de la estructura sonora o fonológica del lenguaje, y aquí es donde radica la dificultad de los dislexicos", concluye Boets.
"En las sociedades alfabetizadas actuales", dice Boets, primer autor del estudio, "las dificultades para leer y escribir no solo afectan a la educación y el desarrollo cognitivo de la persona, sino que también tienen gran impacto en el propio bienestar socio-emocional, las oportunidades de trabajo y otros aspectos".