domingo, 24 de octubre de 2010
DEL OBJETUALIZAR AL CIUDADANO HASTA CONSIDERARLE MERA COSA
0 comentarios Publicado por detrasdelaeducación en 8:20Del modo de objetualizar al ciudadano y aniquilando sus derechos, considerarle “cosa” y la constante reivindicación del reconocimiento del valor de persona, con su dignidad inherente, en todos y cada uno de los ciudadanos.
Exactamente con 4.044 visitas en un 24 de octubre, muestro verdadero agradecimiento a quienes visitan este espacio de transmisión de inquietudes. Especial consideración hago a los del pueblo y nación de México, quienes duplican porcentualmente a las visitas que recibo de España.
Bien podéis verlo por vuestros propios ojos que no me mueve sino la transmisión de la interpretación de las vivencias, desde la óptica de quienes por algún motivo viven su existencia con alguna “diferencia”, porque la diferencia no tiene que ser “imposibilidad” o limitación y más sobreimpuesta por la sociedad, añadidas éstas a las que de la naturaleza ya han recibido.
La “huída” que supone en muchos casos, los modos de vivir la vida, exige que lancemos lastres y estorbos de aquellas partes de nuestros equipajes menos útiles; otras veces, ese desprendernos de “errores”, cuales manchas a nuestra autoestima y consideración social, nos lleva a negarles atención y cuidado. No son sino producto de nuestros mecanismos de defensa, y éstos cada cual los tolera y gestiona de ésta o aquella manera.
No hace muchos días la Sra. Merkel declaraba para los suyos, que el país no podía soportar su actual estructuración social y que la integración había fracasado, refiriendo en concreto, la actuación hasta ahora llevada a cabo con la población musulmana asentada en Alemania. Creo no falsear la esencia del contenido. Lo primero que se me pasa una y otra vez por la cabeza, es el programa, el diseño que se ha seguido y si de un experimento se tratara, no admitir que el resultado es erróneo, sino el momento del programa en el que se alteró el curso del proceso y por tanto, obviamente el resultado evidencia fallo. El problema no está en el resultado sino en el procedimiento, en la metodología, aunque esta conclusión sea parte de un discurso (y voluntad política de gobierno) que pretenda justificar otros propósitos (corren tiempos de “descargas” de población “exógena”…)
Integrar no es soportar la presencia del diferente a tu lado. Este modelo “liberal” de tolerar… ¡ignorando!… o incluso “protegiendo” (donando excedentes) con políticas de subsistencias sin injerencias, al modo del “despotismo ilustrado” –todo para ellos pero sin ellos- no es suficiente. Este estilo de desarrollo no es integrador. Sabemos que la verdadera integración tiene tres pilares: cohesión, interacción y compensación, entendiéndose ésta última condición, como reequilibrio de fuerzas, y no solo política de ayudas, que igualmente fueran precisas.
Una y otra vez, traigo a este blog, las manifestaciones que localizo de esa realidad deseada, e “irrealizable”, que requiere la constante supervisión y sobrecorrección, que aproxime el anhelo de una sociedad que considera a la persona como un valor en sí, por la propia dignidad inherente, y no un producto comercial que en un sistema de producción, se desecha o aparta.
viernes, 22 de octubre de 2010
Las leyes “sociológicas” y las leyes “burocráticas”.
0 comentarios Publicado por detrasdelaeducación en 23:52Circunstancialmente he podido escuchar al Sr. Kiko Hernández intervenir en el programa de "Sálvame" de Tele5, del que es colaborador habitual. Lo que me sorprendió fue el ver la cara de la Sra. Padilla, la cual aunque tiene salidas, su expresión “expresó” motivo para reclamar mi atención. Kiko, quien no oculta su tendencia “liberal” proveniente de su actividad profesional heredada, afirmaba una “soflama” (al estilo de las de su “Esperanza Aguirre”) pero que “entra muy bien” para calentar un diálogo: el realojamiento de “chabolistas” en pisos de comunidades de vecinos-propietarios en barrios “populares” mientras que en otros, de alto nivel, ni se plantean, y así reiteradamente. El Sr. Kiko defendía que si es una acción solidaria y humana ¿por qué siempre les toca a los mismos poner su “terreno” (el cual automáticamente se deprecia…)? ¿POR QUÉ, SI LA SOLIDARIDAD ES COSA DE TODOS?
Es casual también que en el mismo programa SE TOCARA EL TEMA DE ANTONIO PUERTA Y DE VIOLETA SANTANDER. De lo que se dijo, paso; pero ciertamente fue este “ambiente” el que me ha hecho reincidir en el mismo argumento que desarrollo: “el análisis de la integración” o el tratamiento de las “necesidades educativas especiales” por la sociedad. Lo que defendía el Sr. Kiko Hernández no era “políticamente correcto” pero ciertamente transmitía esa realidad de “parcialidad”, de marginalidad, de segregación, de ese discurso esquizoide que se vive , y que está asumido en todo estamento o “congregación” oficialoide, ya privada, ya pública, en nuestra sociedad (nosotros mismos).
Ciertamente tenemos leyes, pero como si no las tuviéramos; las mismas “barreras arquitectónicas” siguen siendo barreras-trincheras para excusar el trato normalizado y de igualdad de accesos porque dispongan, los unos y los otros, de las mismas oportunidades. Sigue apareciendo ese trato diferenciador y misericorde de tratar al “diferente” como “preferente objeto” de atención, cuando lo que demandan no es más que se les trate igual que a los demás, que se les dé ese trato “normalizado”. Pero no, lo simple lo enredamos, y lo que haga falta, para establecer “clubs”, gremios, … clases que nos diferencien y distancien de “determinados” otros, que “nunca serán como nosotros”. Y con este ”troquel” vamos andando por la vida, y con la vida de cada cual se perpetúan “costumbres” y la costumbre hace leyes, y aquí paramos: en el límite que establecen las leyes “sociológicas” y las leyes “burocráticas”.
miércoles, 13 de octubre de 2010
Ó b i t o d e u n a e s p e r a n z a
Hoy estamos asistiendo a la resucitación de 33 sepultados; el campamento donde se trajina toda la faena que requiere tamaña empresa se llama “ESPERANZA”. Es esta “virtud teológica” de unos, o ese “mantra” que otros se dan a sí mismo para soportar trances inciertos y desalentadores, cuyas expectativas de logro resultan muy poco probables de superar, lo que en momentos de riesgo se asen en equilibrio.
Me entero esta mañana que en la noche pasada fallecía el Sr. Antonio Puerta Ramón, conocido por ser quien propinara una respuesta violenta al Sr. Jesús Neira, quien le recriminara el trato que daba aquel a su novia Sra. Violeta Santander.
Hasta la publicación de la autopsia la sospecha recae en la sobredosis de droga, si la tomó él o se la dan, queda por decidir.
Me duele su final, porque su situación la he tomado como “muestra experimental” de la integración social del “minusválido-discapacitado-incapacitado-marginado-excluido-…”, pónganle el calificativo que quieran. Estaba, Antonio, reconocido antes de la agresión de “enfermo”, puesto que ya estaba en rehabilitación. Siendo enfermo se le debiera garantizar ciertos “atenuantes”, sin embargo desde un principio, se cebaron con él. Fundamentalmente los medios de comunicación han sido muy parciales y no han mostrado ni compasión ni consideración.
En nuestros centros educativos asisten muchos síndromes o enfermos que padecen trastornos genéticos de diferentes características y grados de afecciones, o déficits sensoriales, motores, comportamentales, metabólicos, intelectuales … y hemos de convivir con ellos en igualdad de garantías y propiciarles oportunidades de adquisición de competencias y desarrollo humano, en un clima de “normalización” (cuando precisamente no disponen de características “normales”, por lo que la normalización es una adaptación que propicia la “acomodación” del afectado, con el no afectado y acceder juntos a esos derechos que se les reconoce como ciudadanos. Acuerdo que se hace para ganar algo que es “cohesión social” hoy que también se habla de “sociedad multicultural”).
Con Antonio no ha habido “adaptación”. Antonio no conocerá la sentencia de ese juicio que está por celebrar, “su enfermedad” ha ejecutado su desenlace, pero nosotros como sociedad hemos de calibrar el funcionamiento de nuestro sistema de garantías de nuestro supuesto “estado de derecho”.
Dejo el tema aquí; sintiendo verdadera lástima, y no ya por el fallecido –quien descansa en paz- sino por los que vivimos, quizás engañados, envueltos de triquiñuelas y falsedades. Puede que Antonio sea el prodromo de una epidemia mucho más peligrosa que una única injusticia.
lunes, 30 de agosto de 2010
Suele, el ser humano, comparar los acontecimientos que se suceden a lo largo de su existencia unas veces con un viaje, otras con un rio; el rio de la vida. Y del continuo, diferenciamos etapas si viajamos, o tramos si del curso del rio nos referimos.
Cuando los hechos acontecidos y sucedidos denotan unas determinadas tendencias, le dotamos de una “explicación” que no es sino esa “necesaria justificación” -por la autoconsciencia que tenemos de nosotros mismos, y a la que necesitamos “atribuir” significado y transcendencia- con la cual intentamos llenar de sentido nuestros días; y así, haciendo lo que hacemos, construimos cada cual nuestra “hagiografía”.
Todos, tarde o temprano sacamos, extraemos la “historia propia con la que nos identificamos, que no suele ser exacta, pero que sí es “consonantemente” (versus “disonante”) con la que nos “hallamos bien”, y que configura pues, la “persona-mascara” con la que deambulamos en el espacio público, ya sea a nivel familiar o social.
Que nuestra “historia es un artificio”, creo que nadie lo cuestiona; sí, porque no hay más verdad que el azar. Y es dentro del azar donde entra en juego nuestra libertad, así aunque nos clonen, nunca la historia de una persona podrá repetirse, pese a que la carga genética predispusiera a determinadas tendencias, estas tendencias interactuarían con el cúmulo de experiencias “condicionantes-educativas del entorno”, amasándose formulas “genuinas”, haciéndonos “únicos”, tal como conocemos a tantos a los que las circunstancias “desencadenaron” sus “respuestas”: Stephen Hawking, tras el trauma de su enfermedad degenerativa, Vicente Ferrer, tras el trauma de la guerra civil española, y tantos otros… Aunque la mayoría de nosotros no hemos atravesado o no hemos resuelto de igual modo tales traumas, así que en función de qué variables, así…
Después de 12 años en este último centro docente, mi agradecimiento a cada unos de mis compañeros, y alumnos, así como padres y madres, abuelos y abuelas también. El azar, siempre el azar, me lleva ahora a un Instituto de Secundaria para seguir trabajando con nuevos alumnos y alumnas, con ilusión y respeto, asumiendo la responsabilidad de culminar lo mejor posible mi trayectoria profesional.
Dejo mi muy querido “Lope de Vega” *, para pasar al “Bahía de Almería”, dos mundos, y como con los vinos cada cual a su cuba. Debo respetar todo lo incubado allí, y procesar lo que ha de venir, con el máximo esmero, con la máxima dedicación. Sabiendo siempre, que somos uvas, que en nuestro madurar iremos fraguando los buenos caldos, con la prudencia del trasegador de no ligar los demasiado nuevos con los excesivamente maduros, por el dicho de “a odres nuevos vinos nuevos” (aunque para los brandis se han de usar toneles ya “templados” para el vino).
*donde he podido vivir momentos cruciales, -todos los momentos tengo que admitir son cruciales- pero si lo matizo es porque afronté experiencias “fuertes”, al asumir un riesgo al cuestionar una determinada “organización de la atención a las n.e.e.”, aunque más que organización era el talante de la respuesta “anacrónica” que determinados profesionales generaban a finales de los noventa. Por un lado determinadas circunstancias golpearon con fuerza, por otro, determinados compañeros hoy amigos, me asistieron. Unos y otros posibilitaron que trazara determinado rasgos en mi labor profesional. Mi gratitud a todos, y aunque pueda parecer injusto, el tiempo templa mi visión, y si de un experimento de conducta se tratara, retiro mi variable, por ver si algo queda. Todos somos imprescindibles y necesarios y a su vez, fácilmente sustituibles… y lo que tenga que ser, será. Os dejo una poesía, o reflexión personal realizada allá por el 2005, ¡dios!, ¡cómo pasa el tiempo!
¡Ahí va!
Destino (o desatino)
Y es que no nos llegamos a percatar
de cuánto cincelan y bruñen
las circunstancias que atenazan
nuestras vidas sobre el yunque.
De igual modo que el acero
no lo fuera, si lo que lo genera,
bajo control o azar
no desencadenase su acción.
Así la negligencia de nuestra intención
fragua el destino
con desigual desatino
según con que convivimos.
Nunca somos conscientes
cuando estas acciones se dan en presente
sino ya pasadas, entonces sí
nos percatamos de los pasos dados.
Es como si el presente-inconsciente
nos negara la información para corregir,
en esos momentos inmediatos
y así controlar el devenir.
Pero no, aturdidos mientras actuamos
vemos luego como si un sino fuera
quien guiara nuestro camino displicente
sumergiéndonos en un destino.
viernes, 16 de julio de 2010
A partir de ciertos correos que me han enviado, como era una reflexión de Arturo Pérez Reverte, otro sobre la evolución de las propuestas pedagógicas/metodológicas de las matemáticas a lo largo de los años, artículos periodísticos informando sobre las incidencias en la población de determinados eventos...
martes, 11 de mayo de 2010
LA REINTEGRACIÓN SOCIAL: UN PROCESO CONTÍNUO
0 comentarios Publicado por detrasdelaeducación en 15:20La integración es un movimiento que nació por los años 70 en el mundo anglosajón, y se quedó con nosotros en los 80; desde entonces su esencia perdura entre nosotros y aunque le han querido cambiar de nombre, no deja de ser el mismo principio. Ahora, aunque queda bastante por desarrollar, es una labor diaria, como la vida misma, surgen en la sociedad nuevas Necesidades Educativas Especiales que han de ser tratadas con sumo cuidado, porque somos personas. Consensualmente, las bases se tienen establecidas en la Constitución, pero no hemos de olvidar que la Constitución aunque tiene unos Padres, crece en nuestro ambiente y nosotros sus vecinos, la vemos como juega y crece y como se desarrolla y ejerce su responsabilidad “profesional”. Nosotros, usuarios de sus servicios, podemos opinar y plantear quejas.
En su momento a la Integración la definí por sus condiciones, requiere: interacción, cohesión y compensación. La Integración supera y transforma la segregación y el ostracismo (exclusión) -de ésta, su antónimo, inclusión-, por ello la considero limitada.
La Integración podríamos asemejarla a la hospitalidad. En el plano del acogimiento existe un anfitrión y un huésped. España, los españoles, huéspedes durante muchas años en otras tierras, muy diferentes, ahora nos hemos transformados en anfitriones. De andar en casas ajenas, ahora recibimos a otras personas, de otros pueblos, de otras costumbres.
Dicho esto, cabe decir en lógica que debemos respetar y acatar las reglas de la casa. Y hablando de España, si la casa tiene reglas…
La Educación y las reglas, como que van de la mano. Y de Educación, recordamos del currículo, los Elementos de Acceso y los Elementos de Contenido. En relación a las vías de acceso una cosa son los complementos y aditamentos, y otra cosa las prótesis, elementos de los que disponemos para disfrutar de una mayor calidad de vida, en las circunstancias que lo requieren. Los primeros son prescindibles y los segundos no. De los Contenidos, siempre, lo mejor es no trastocarlos ya que son la esencia del currículo y la garantía de la capacitación.
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Los símbolos, en esta sociedad actual tan dada a la imaginería y a la simbología, y a su vez vacía de contenidos y valores, confunden por su imprecisión y ambigüedad, los valores y contenidos que quieren invocar. Atribuyéndose el más fuerte la potestad de “interpretarlos”, siempre lejos de una taxonomía que ponga orden a esos valores (axiología). De esta situación la necesaria Educación que consensue los vastos principios en armonía, que no minimice ni maximalice a ninguno; en el patrimonio cultural de nuestro pueblo, disponemos de larga experiencia.
Socialmente los pueblos nos intercomunicamos –positivamente o negativamente- cuando colonizamos y nos colonizan, cuando comerciamos y nos comercian, ya virtualmente o físicamente,… todo esto entre iguales. Pero no somos iguales, cada uno arrastra una historia de diferencias; unas ocultas, otras plasmadas sobre nosotros. Hay diferencias que nos limitan, y éstas intentamos superarlas/compensarlas. En parte por propia voluntad, en parte por solidaridad, aquellos límites se intentan resolver para obtener una interacción funcional que nos armonicen con el mundo.
Este principio de apertura a veces choca y fricciona con otra dinámica, ésta centrípeta, la hermética e integrista que intenta cerrar pasos y accesos, basada en el individualismo, bajo las mil justificaciones-argumentaciones, intentando confundir los principios de corresponsabilidad que debe primar entre ambas direcciones, sentidos, corrientes.
Nuestra sociedad venía pretendiendo desembarazarse del peso de la religión, dado que ésta venía bloqueando las relaciones interpersonales. Nuestra sociedad urbana y civil viene queriendo, necesita dar pasos, sin tutelas ni sobreprotecciones, hacia una madurez más auténtica y humanista. Sin embargo, en este proceso de laicidad, surgen actualmente hitos culturales e ideológicos, interpretados como “iconos tribales”, que frenan la tendencia. Surgen sobretodo en la juventud, donde existe una necesidad de “interpretar” un papel “formal”-artificial -pero con una fuerte identificación emocional-, una cantidad de tribus sociales (heavies, góticas, raperos, ñetas, pokeros, emos, pijos, calorros, latin-kings,…) que ritualizan y celebran cultos a unos iconos, proyecciones de ellos mismos, liberando esa pulsión hormonal de su propia adolescencia y juventud.
Bien, por concretar iré al grano, toda esta introducción viene a cuento por los asuntos que la Prensa ha venteado, sobre el velo islámico. ¡Cuántos aspavientos a una parte de la vestimenta de un determinado tipo de mujer!, cuando aquí en España convivimos con otras mujeres, que por iguales motivos, visten de largo y cubren sus cabellos; sabéis que me refiero a las monjas, sors, hermanas o madres, según la congregación, instituto, hermandad o sociedad. Las formas nunca serán problema, para mí es problema la islamización mediante la demografía, las conversiones cuales sectas, con sus intromisiones e intimidaciones.
Nuestra España se está haciendo más compleja que cuando la conocimos. Y es en esta situación cuando hemos de trabajar más por la interculturalidad, buscando los bienes y valores positivos para la Humanidad –no hacia una determinada “tendencia”. Sí al necesario diálogo de civilizaciones, sí a LA INTEGRACIÓN DE CADA DIFERENTE PARA QUE APORTE SUS VALORES, PERO SIN IMPONERLOS, por su parte –PERO SIN NEGARSELOS-por la nuestra. No somos diferentes por tener credos distintos, o razas, o costumbres, o procedencia, o…
Como ya se ha dicho… el manido, pero certero, “no se ve bien sino con el corazón, la verdad es invisible a los ojos…” (callo al autor porque me resulta pedante, de conocida que es)
¡Veis, porque la Educación nos aporta algo de sensatez, de ponderación, de coherencia! (verdad que no es por lo que escribo), pero si es por no llegar a soluciones precipitadas y erróneas, y por erróneas, dañinas y perjudiciales; contrarias a la paz y al progreso.
La reflexión es necesaria, la actuación también.
Etiquetas: cultura y calidad de vida
domingo, 2 de mayo de 2010
la sobreprotección no posibilita la formación de la persona
0 comentarios Publicado por detrasdelaeducación en 12:02Con motivo de la información divulgada en “europapress.es” relacionada con lo tratado en el II Congreso Iberoamericano sobre el Síndrome de Down, acontecido en Granada, Andalucía (España) en el que se pide “acabar con la sobreprotección tanto familiar como institucional de los jóvenes con este trastorno genético y promover su educación sexual que favorezca su "desarrollo personal",
Esta demanda publicitara genera en mí el siguiente comentario:
La anomalía genética causa del fenotipo que caracteriza e “identifica” al “mongólico” -permitidme que hable claro- le estigmatiza socialmente, y esta “marca” genera en los demás, “ilusos inmunes”, una señal de precaución ( ) incluso para algunos de peligro ( ), viniendo a “montar” una “preelaboración mental” generalizada, de prejuzgadles “como cada uno queramos”, pero en general de “torpes”. Nuestro mundo de apariencias genera que juguemos con las apariencias y así como quien juega al escondite, unos son de los que “caen” y otros de “los que nos la dan de pega”.
En el ámbito escolar se concibe la educación como el “montaje o andamiaje” para provocar en el alumno/a -sea cual sea- el desarrollo máximo de las “capacidades … (sin revolver mucho y de lo más reciente, lo que se refleja en la Orden de 25 de julio de 2008, artículos 2, punto 8 …) Que la actuación es conjunta con los padres y con cuantas instituciones suman su trabajo con ellos ya en la esfera privada o pública, es un hecho pero en cuanto que las “decisiones son fundamentalmente familiares” –por supuesto- queda en este ámbito el peso fundamental de ese “desarrollo máximo de capacidades”. Este crecimiento no es ni armónico ni máximo, en muchos casos.
La sobreprotección por el excesivo mimo y “suplantación de identidad”, así como un cierto determinismo, por el cansancio y la confusión que el trastorno provoca en los padres, los cuales se encuentran “sin referentes” ya que sus hijos no son como los demás, y esta diferencia no se acepta como tal sino que se camufla, incurriendo en contradicciones. Se quiere que “haga lo que los demás” y así, que vaya al colegio del barrio, que haga la “1ª Comunión”,…(completamente de acuerdo en este aspecto socializador) pero luego aparece la vena “proteccionista” y reclaman las ayudas diferenciadoras. Y estas ayudas diferenciadoras que deben ser provisionales, se vuelven permanentes.
No puedo afirmar categóricamente nada porque cada caso es único, pero si es fácilmente observable una tendencia, que es a la que me refiero. Quienes trabajamos con el alumnado encontramos lastres familiares que se hallan añadidos a los propios del trastorno, síndrome,… A veces a nivel de asociaciones hacen un “nicho ecológico” que muchas veces prolongan la “inmadurez”. El tutelaje no puede privar de las necesidades “humanas”; pero si envolvemos al enfermo de infantilización “emocional” entonces ya puede “justificar” el entorno familiar las reservas “para que no den más problemas”. Los sentimientos son paradójicos.
Es ley de vida que los padres protejan a sus hijos, y a los más vulnerables, más. Lo desacertado resulta que esta protección en extremo, se transforma en incompatible con el generador de autonomía que es la responsabilidad y la asunción de riesgos y sus consecuencias. Esto es válido para todo ser humano y entra en los factores que nos humanizan, la libertad.
Nuestro común esfuerzo ha de ser fomentar por todos los medios la autonomía, para esta autonomía ha de disponer de “orden” en su vida y en su comportamiento, y esto requiere exigencia(auto) y disciplina(auto) porque si realmente reclamamos la integración deben interactuar e interferir sin distorsionar. Siempre partimos del pragmatismo que la integración es una calzada de doble sentido, circulando los derechos y deberes de todos y éstos sin entrar en colisión. Lo que cada uno sea capaz de dar… y también recibir “premios” de la vida” disponer de un espacio y de un tiempo privado para su intimidad.
Yo, cada vez estoy más maravillado y más sorprendido de nuestra “condición humana” – a la par más sensible con el “simplismo”, con lo “cazurro y garrulo”, con la simpleza con la que procesamos cualquier “error genético” -, antes nuestros mecanismos de defensa procesaban “culpabilidad”, culpábamos al que fuera, alguien tenía que responder de este “error” y por esta vía de sacudirnos los frutos aleatorios del azar, no llegamos a ninguna parte.
Los errores y daños que vulneran nuestro estilo de vida son múltiples, pero el que menos digerimos es aquel que se produce en nuestro “proyectos de vida”, sencillamente porque nos frustran, y nos coartan nuestras expectativas “fantásticas” de disfrutar de lo mejor. Necesitamos creer que existen soluciones a nuestros momentos tormentosos. Las sorpresas como los augurios son ambiguas y dependen de cómo lo interpretemos. La interpretación y el procesamiento convierten una misma cosa en positiva o en negativa, en nosotros siempre queda la decisión y asumir las consecuencias
La observación, sempiterna en el pueblo llano, nos lleva a la conclusión de “Genio y figura desde el nacimiento hasta la sepultura”. El que es de un modo, tarde o temprano, manifiesta su modo de ser. Algo parecido nos decía un profesor hace ya muchos años: la educación es una capa de barniz que simplemente da brillo a lo que cada uno es, este hombre hablaba desde la experiencia, él era Pedagogo y en la Psicología oficial era el auge de la Conducta, fuera o no verdad, lo “académicamente correcto” era y solo podía ser, el ambiente, el desencadenante de los actos humanos. Hoy vemos todo lo contrario, la genética nos hace, así según vamos teniendo “explicaciones” así buscamos “soluciones”. Sin embargo no confundamos ambos conceptos, cosa que en la vida diaria sí se hace.
Demos a los “diferentes” los mismos cauces que nos damos los “normales”, porque dentro de la normalidad entramos todos con nuestras diferencias, toleremos nuestra diversidad.